En el contexto de las manifestaciones, protestas y contradicciones que estàn surgiendo estos dìas, recuerdo oportunamente la conversaciòn que sostuve con un seudo-abogado (estudiante de derecho, entiéndase. Yo, seudo-comunicólogo).
Me hallaba tranquilo admirando cómo tomaban mi facultad desde el bosquecito de Letas cuando se me acercó X con panfletos a la mano, exhortando a los sanmarquinos a reaccionar en contra de esos grupetes radicalistas que emergen de las sombras ante cualquier conflicto a la cazería de nuevas mentes por lavar. Sin embargo, y como muchas propagandas más que circulan por mi queirdo campus, las palabras no apelaban a la razón del lector, sino al sentimiento puro, al sensacionalismo subjetivo. Luego de preguntarle al respecto, entre otras cosas me respondió: «Si voy a la razón, la batalla ya la tengo perdida. Es por el sentimiento por donde hay que ganarle a esos lastres. Al final de cuentas, la masa es inconciente y no se gana su favor sino con el corazón». Y tuve una fugaz imagen del paradigma propagandístico de Hitler-Goebbel.
Luego que de se retiró, y posterior al raje respectivo con mis compañeros, reafirmé mi posición: por más idealista o inocentón que pueda sonar, la masa no debe ser tratada como un gran ente no-pensante. Y discutiendo con otros cuasi-comunicólogos, nos dimos cuenta que lo más repugnante no es tratar al público como un ente idiota y primitivo, sino el entender que en el mundo todo funciona así: diciéndole al pueblo lo que quiere escuchar.
Así caemos redonditos en el juego político de la propaganda previa a las elecciones, así es como esa sombra de la izquierda peruana acéfala va a la cacería de los más incautos para ganarse seguidores inconformes con Papá-gobierno, así se va degenerando desde sus bases la opinión pública y, en consecuencia, la democracia en la que tanto aclamamos vivir. ¿Tan complicado resulta brindar educación y herramientas para discenir de manera paralela con datos objetivos?
Creo que nos cabe a todos preguntarnos sinceramente: ¿Me dejo ser tratado como un idiota?
P.D.: Lo escrito es un texto literario. Acudo a ficciones para relatar, pero la mentalidad es real. No se tomen alusiones del mismo. Gracias. Provecho.